05 junio 2009


Koko Taylor 
(28 de septiembre de 1928-3 de junio de 2009)


"Tengo que hacer lo que mejor sé, y lo que mejor sé es el blues. Ser distinta a otras cantantes y quedarme en mi sitio, y mi sitio es el blues verdadero. Dimplmente sigo adelante y hago lo que haciendo: simple blues". Eran palabras de Cora Walton, conocida artísticamente como Koko Taylor, cuando hablaba del estilo musical al que dedicó la mayor parte de sus ochenta años de vida. Con la muerte de Koko desaparece aclamada Queen of The Blues, una mujer que rompió con el estereotipo de cantante femenina de dicho estilo, pues las letras explícitas de sus canciones en la dirección de las procaces vocalistas de la década de 1920 no indicaban que se estaba ante una dama de vida sentimental desaforada, bebedora, jugadora o drogadicta. Quienes la entrevistaron decían haber hablado con una persona dulce, jovial, enérgica y comedida, incluso algo tímida, felizmente casada y abuela desde joven.

"Nos criamos en una granja donde trabajábamos duramente recogiendo algodón. Fue difícil, pero sirvió para convertirme en una buena mujer. Soy fuerte poque pasé realmente malos tiempos cuando era más joven. Hay muchos hombres y mujeres jóvenes que ha crecido en Chicago y en otras ciudades, y no saben lo que es pasar verdaderamente necesidad. Yo nací deseando cosas y no teniéndolas, necesitando cosas y no consiguiéndolas. ¡Pero, por supuesto, nunca estuvo dispuesta a ir a Kansas City en los viejos tiempos".


Koko Taylor se crió en la mejor tradición del blues, es decir cantando en la iglesia desde niña y escuchando por la radio los ritmos de Sony Boy Williamson, B.B. King, Elmore James y Howlin' Wolf, pues prefería ese tipo de interpretaciones que las de carácter religioso. Y a pesar de que en un principio tenía como favoritos a intérpretes masculinos, "la primera mujer a quien realmente admiré fue Memphis Minnie. En aquellos días los discos giraban a 78 revoluciones, poseíamos un gramófono en el hogar al que había que dar vueltas con una manivela, para que funcionase, como los viejos automóviles. Un día conseguí una copia de Me and My Chaufeur Blues, de Memphis Minnie. Ella fue la primera que me emocionó, que me inspiró. Luego escuché tambièn a algunas otras, claro: Bessie Stmith, Big Mama Thornton". No obstante la voz de la joven cantante se orientaba más al tono de Muddy Waters, por ejemplo, que al de las referidas blueswomen.


Koko Taylor, tras emigrar a Chicago con su marido Robert Pops Taylor, a los 18 años comenzó a compaginar el trabajo doméstico en hogares blancos con actuaciones nocturnas en los locales del South y el West Side de la ciudad del viento. En sus comienzos contó con la ayuda del gran J.B. Lenoir, del que siempre recordó que fue una persona muy implicada en la ayuda a los debutantes en el ambiente del blues. 


Las actuaciones en ruidosos escenarios dieron ese predominio aguado a la voz de Koko, quien, por fin grabó un sencillo, su primer disco, en 1963, y luego algunos más para el sello de la veterana Victoria Spivey, pero será bajo el patrocinio de Willie Dixon, que la había conocido cantando con Magic Sam, con el que consiga por fin consolidarse como cantante. En la mítica factoria Chess Records registrará su primer éxito Wang Dang Doodle, que subió hasta el cuarto puesto de la listas de r&blues en abril de 1966. A partir de entonces la carrera de Koko continuó con los altibajos habituales en el cambio de década, eso sí con continuas actuaciones a uno y otro lado del Atlántico. Más será la entrada en la discográfica Alligator la que estabilice su carrera y la convierta en la auténtica reina del blues.


Optimista y vital, Koko Taylor afirmaba con contudencia que el blues nunca morirá. "Nosotros vamos a mantenerlo vivo". El testigo de la cantante representativa del blues de Chicago queda para un puñado de mujeres que apuestan también con credibilidad por el género de los 12 compases.







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