09 noviembre 2007

The Kink Kontroversy (Pye) 1965
The Kinks
Portada: fotografía de Klaus Schmalenbach



Una historia: “Canciones como All day and all night (Pye, 1964), Tired of waiting for you (Pye, 1965), Set me free (pye, 1965) o Till the end of the day (Pye, 1965), constituyeron el grueso de la larga serie de singles de éxito que tuvo el grupo desde 1964 hasta 1970. Del sonido rudo pasaron a un estilo más refinado y personal. Pero aquella época dorado de los Kinks no estuvo marcada solamente por una docena de canciones definitivas y rotundas, por Ray Daviesn –el líder, cantante, guitarrista y autor de casi todo el repertorio del grupo- fue haciéndose cada vez más irónico, hasta convertirse en un observador, crítico y efectivo del devenir de la sociedad inglesa y la cultura pop.
Buena muestra de esa habilidad para retratar personajes y ambientes en piezas de cuatro minutos son canciones como Dedicated follower of fashion o Waterloo subset, que también recibieron el espaldarazo del éxito. Éxito que los llevó a actuar por todo el mundo (aunque en Estados Unidos se les prohibió tocar desde 1965 hasta 1969 por su deplorable comportamiento en la gira americana del aquel año.
En España estuvieron por primera vez en el verano de 1966, justo cuando Sunday afternoon (Pye, junio, 1966) subía en las listas de éxitos británicas hasta alcanzar el número uno”.
Jesús Ordovás.
Otra: “Pese a su aparente posición de segundones de los demás grandes, los Kinks han sabido mantener durante todo este tiempo una serie envidiable de éxitos. Su primer hit data de 1964 con la grabación de un tema de Little Richard Long Tall Rally.
El autor de casi todas las canciones del grupo es Raymond Davies. No es un genio de las sutilezas ni de los juegos de palabras, sino un individuo de una tremenda capacidad creadora y sabe muy bien lo que quiere decir. Sus letras no presentan ambigüedades ni significados ocultos: van al grano y son irreverentes y sinceras”. Marcelo Covián.
Canciones: Milk Cow Blues. Ring the Bells. Gotta Get the First Plane Home. When I See That Girl of Mine. I Am Free. Till The End of the Day. World Keeps Going Round. I’m on an Island. Where Have All the Good Times Gone. It’s Too Late. What’s in Store for Me. You Can’t Win.
Músicos: Ray Davies (guitarra, piano, armónica y voz), Dave Davies (guitarra y voz), Meter Quaife (bajo y voz) y Mick Avory (batería y percusión). Rasa Davies (coros), Nicky Hopkins (piano) y Clem Cantina (batería).
Además: “La reedición de The Kink Kontroversy en CD incluye las dos canciones que aparecieron en disco sencillo a comienzos de 1966: Dedicated Follower Of Fashion (a su vez con dos versiones, una en mono y otra en estéreo) y Sittin’ On My Sofa. Asimismo el disco compacto ofrece una canción inédita When I See That Girl Of Mine”. Sam Rock.


Rito (Ariola) 1973Luis Eduardo AutePortada: pintura de Luis Eduardo Aute


Una historia: “El álbum Rito, que graba en 1973 y sale al mercado al año siguiente, es un disco muy significativo del paréntesis musical de Luis Eduardo Aute, de aquella época de ruptura y encierro, seguramente la más difícil de su vida. En el sentido económico fue un tiempo de buscar trabajo, de llegar a casa cansado, sin ninguna esperanza y sin optimismo. No había grandes ilusiones y además, para colmar esta historia negra, la muerte alumbraba todos los rincones a los que dirigía sus ojos…
Por ello, las canciones de esta época se encuentran marcadas por la continua presencia de la muerte; son canciones cadavéricas, en donde existe una relación angustiada y una impotencia del amor. La muerte está siempre por debajo de cualquier sentimiento amoroso. “Las historias de amor –matiza Aute- se estrellaban contra su imposibilidad…
Luis Eduardo Aute, de vez en cuando, para respirar o mirar el horizonte extensible, se cogía una guitarra y salía a una pequeña terraza. Así nacieron canciones como Amor, Nada es nuestro o De alguna manera. La vida, entonces, era una prolongada espera. Había que esperar, no se sabía muy bien qué: esperar a que pasaran esos días, esperar a que ocurriera algo, esperar a que las cosas comenzasen a ir bien y esperar, asimismo, a que el país cambiara (estábamos en un año de fuerte represión), año del juicio de Burgos, año de condena de muerto). Todo, en este momento –la vida misma-, era provisional. Luego, “nada es nuestro, tuyo y mio…/ni el silencio ya indeleble que nos une en este rito/de agujeros y cipreses…
Rito es un álbum que no fue boom cuando salió, pero que se ha ido vendiendo regularmente todos los años, y hoy día es pedido por el público con la misma o mayor intensidad que en un principio”.
José M. Plaza.

Otra: “Refiriéndome ya a mi caso concreto, yo llegué a darme cuenta de la contradicción que existía entre las influencias musicales que había estado recibiendo y mi progresiva aproximación a la realidad ética y estética de mi país. Esta aproximación racionalizada a la realidad de los condicionamientos sociopolíticos, y no como vago “sentirse mal” en la sociedad que me rodeaba, y que por otra parte el descubrimiento paralelo de otro tipo de música y otro produjeron en mí la crisis, (y no sé si el adjetivo resultara altisonante) que dio paso a mi retirada. Fue porque me consideré llegado a un punto al que las sucesivas lecturas y reflexiones me fueron conduciendo –en el que lo honesto era dejar estar las cosas- a salirme del mundo de la canción, a nivel de producción discográfica, y empezar otra vez desde cero”. Luis Eduardo Aute.

Canciones: Quiero apurar cada grano de arena. Rito de agujeros y cipreses. Dentro. Amor. Lecho de amor y muerte. De alguna manera. Estúpida manía circular. La mala muerte. Acaso. Mientras tanto amando. Cuéntame una tontería. Las cuatro y diez. Hay algo en el aire. Nada más que nada. Epílogo: autotango del cantautor.

Músicos: Luis Eduardo Aute (letra y música), Carlos Montero (arreglos y dirección musical) y José Fernández (técnico de sonido).

Además:
“Enganchado a su canciones, descubrí que la vida es rito, sacófago y espuma; que es alma, fuga y nudo; ternura, deseo y desamor –enamorarse o morir-; pasión y laberinto de tinieblas –cuerpo a cuerpo-; esfera del azar…, fe de armonía…; milagro de la luz en las pupilas…;querencia, alevosía y arrebato: ¡A vivir, que la vida no es medida, ni porvenir!..,que queda todo, todo, todo por sentir.
El se negó a ser tiempo en el espacio apuntalando un mar –promesa de libertad- que es como un niño que canta sobre cuarenta prisiones –un niño que se despierta como una ola gigante; lleva en el puño una perla y un coral rojo en la sangre; él aprendió del Niño-Pablo los secretos de Albania, donde el amor es la flor más perfecta que crece en el jardín; y convencido radical de que el fuego es el orden, emprendió su inexorable batalla: ¡Al alba, en pie de guerra y con un beso por fusil- habrá que hacer acopio de fusiles que disparen girasoles; Van Gogh, desde su nube, está dispuesto a descargar bombas de flores”.
Fernando G. Lucini.