24 abril 2017

Voces y susurros

El origen de los grupos vocales que tanto abundaron en la década de 1950, incluso antes de que el rock and roll adquiriese mayoría de edad y proyección universal, se sitúa en formaciones que influyeron de forma decisiva en lo que con el paso del tiempo quedaría bautizado definitivamente como Doo-Wop.

Gentes de color cantaban en Ink Spots, The Mills Brothers o The Four Aces, algunos de los grupos vocales que triunfaron en los años 40 del siglo pasado, aunque el primero de los citados ya había obtenido éxito en la década anterior. 


La influencia de estos pioneros se aprecia, por ejemplo, al escuchar una vieja grabación de 1958, cuando unos adolescentes de Liverpool grabaron la canción In spite of all the danger, firmada por Paul McCartney y George Harrison, que junto a John Lennon formaban parte de Quarrymen, recordatorio de los británicos a los grupos vocales del otro lado del Atlántico.

Los conjuntos anteriores a la era dorada del Doo-Woop se caracterizaban por unas voces cuidadas, imagen atildada de sus miembros y acompañamiento musical cuando lo había que nada tenía que ver con la crudeza del blues o la improvisación del jazz. Los jóvenes negros y blancos de los barrios populares de Estados Unidos tenían la costumbre de improvisar canciones sin ningún tipo de instrumental. La falta de guitarras, percusión o teclado se suplía con otras voces que imitaban o trataban de imitar sus sonidos. Muchas veces había más voluntad que experiencia.


Para las casas discográficas no pasaron desapercibidos aquellos grupos de aspirantes a entrar en el club de la fama, lo cual para algunos se cumplió con creces y hasta el punto de situar algunas de sus piezas entre las clásicas de la música popular que más de medio siglo después siguen sonando en diferentes formatos desde bandas sonoras a anuncios publicitarios, cuando no en recordatorios de viejas etapas de la canción. 

El amor, la noche, la parafernalia juvenil y otros asuntos en teoría banales eran las preferencias argumentales de las canciones adscritas al estilo du duá, pero con unas características comunes: una voz que destaca (el solista) sobre otras que corresponden a quienes se encargan de los coros, sonidos u onomatopeyas tan presentes en el repertorio Doo-Wop

Los miembros de dichos grupos escogían nombres curiosos para bautizar sus combos, desde los de aves a los de razas de perro, aunque otros prefirieron marcas de automóviles (Cadillacs, Fleetwoods). De los conjuntos relacionados con razas caninas estaban The Spaniels, cuyo disco recopilatorio Stormy Weather es un ejemplo claro del estilo y ofrece entre otras singularidades un toque rock and rollero a sus crónicas de amor, en el caso de Baby Sweets, cuando no caía.n en la ternura desmedida de One Hundred Years From Today.


De los grupos pájaro se puede citar a The Orioles que con sus cantos llegaron lejos, sobre todo con Crying In The Chapel. En su producción se encuentran otras tan interesantes como la anterior: Sugar Gal y Happy Till The Letter. A la avifauna cantora pertenecían tam bién The Penguins, cuyo éxito Earth Angel constituye todo un himno del Doo-Wop. Por su parte, The Flamingos triunfaron con I'll Be Home y demostraron asimismo que no eran unos advenedizos. En cuanto al vuelo de The Falcons fue vistoso en especial en la etapa de su canción You're So Fine.



The Coasters era de la tendencia humorística que también tuvo su hueco en el Doo-Wop, frente al dramatismo de otros grupos como The Platters, quizás el más conocido a nivel internacional. De los primeros están entre sus mejores interpretaciones títulos como Young Blood, Yakety Yak y Charlie Brown. De los segundo no pueden faltar en cualquiera de sus periódicos grandes éxitos: Only You, My Prayer, The Great Pretender y Smoke In Gets In Your Eyes.




Recoger los nombres de todos los conjuntos de Doo-Wop es tarea imposible, pero es bueno recordar a The Five Keys y Ling, Ting, Tong, The Majors y Wonderful Dream, Maurice Williams And The Zodiacs y Stay, The Drifters y Money Honey, The Moonglows y When I'm With You,  Frankie Lemon & The Teenagers y Who Do Fools Fall In Love, Dion And The Belmonts y I Wonder Whay, Dion & The Belmonts y The Wanderer, The Marcels y Blue Moon y los canadienses The Crew-Cuts y Sh-Boom.

Muchas de esas canciones serían la semilla de las primeras bandas de rock and roll y solistas que luego triunfarían. Incluso algunos cantantes de Doo-Wop vivirán una seguna época de éxito, dentro de un estilo clásico de la música popular norteamericana: el soul, que debe mucho a aquellos coros omnipresentes que fueron algo así como la banda sonora de buena parte de la década de 1950. En esa línea estuvieron también dejando el pabellón muy alto: The Bluejays, The Orchids, The Turbans, The Ravens, The Monotones, Clovers, The Sonics, Danny & The Juniors o los combos femeninos The Chantels y The Chordettes, y otros cientos que no llegaron a colocar sus canciones en las listas de éxitos, pero que cumplieron el compromiso de hacer más llevadera la vida de los jóvenes, quienes con el paso del tiempo cambiaron hacia ritmos más agresivos y menos acaramelados para lanzar mensajes en tono reivindicativo. Comenzaba el nacimiento del rock and roll.