El grupo Trovante, formado en la localidad portuguesa de Sagres en 1976, desarrolló su andadura hasta el año 1992 dentro de una línea musical que partiendo de la tradición y el compromiso político evolucionaron hacia un sonido en el que se mezclaban distintos géneros musicales como el jazz, el rock, el fado, el reggae el pop y los ritmos africanos, pero sin perder la esencia de la música portuguesa.
Un ejemplo de la frescura y la vitalidad de las interpretaciones de Trovante es la pieza titulada Prima da chula -chula es un baile folclórico del norte de Portugal. La canción está incluida en el repertorio del tercer álbum del grupo del Algarve, Baile no bosque (1981), editado en Portugal por Valemtin de Carvalho. Una año después se ponía a la venta en España mediante sello Guimbarda.
Prima da chula
Toma estos corchetes de oro
Aprieta tu cocoletillo
Corazón que nos pertenece
Tienes que caminar apretadito
Aprieta tu cocoletillo
Corazón que nos pertenece
Tienes que caminar apretadito
Por una mirada de tus ojos
Daría mitad de mi vida
Por una risa daría la vida
Por un beso la eternidad
Aquí estoy a tu puerta
Como un haz de leña
Esperando la respuesta
Que de tus ojos me venga
El día tiene dos horas
Dos horas no tiene más
Una es cuando te veo
Otra cuando me recuerdas
Si todo me fue vedado
Si viví pobremente
Déjame mostrarte la lengua
Con el frenillo bien cortado
La rica tiene nombre rico
El pobre nombre ordinario
La rica tuvo un niño
La pobre parió un mozo
Prima da chula
Toma lá colchetes de oiro
Aperta o teu coletinho
Coração que é de nós dois
Tem de andar aconchegadinho
Por um olhar dos teus olhos
dera a vida á metade
Por um riso dera a vida
Por um beijo a eternidade
Aqui estou á tua porta
Como feixinho de lenha
À espera da resposta
que dos teus olhos me venha
O dia tem duas horas
Duas horas não tem mais
Uma é quando vos vejo
E outra quando vos lembrais
Se tudo me foi vedado
Se vivi de tudo á mingua
Deixai que vos mostre a lingua
Com o freio bem cortado
A rica tem nome fino
A pobre tem nome grosso
A rica teve um menino
A pobre pariu um moço