The Six Wives of Henry VIII (A&M Records). Este es el disco en solitario del pianista británico Rick Wakeman que le sirve para iniciar una ascendente carrera en la denominada música sinfónica de los años setenta. El teclista se inspiró en las seis esposas del rey Enrique VIII de Inglaterra con el fin de reinterpretar musicalmente las singulares personalidades de las mujeres del pintoresco y sangriento tirano de la monarquía inglesa. Con la colaboración de diferentes músicos del ámbito del rock británico, entre ellos sus compañeros del grupo Yes con el que acababa de grabar uno de los mejores elepés de la banda, Wakeman utiliza en las composiciones de The Six Wives of Henry VIII todo tipo de teclados como el entonces exótico melotrón, con el que pone las notas progresivas de este álbum de éxito en su época. Las seis canciones son indicativas de la inspiración de joven genio de los teclados en alza a comienzos de los setenta. El tiempo demostraría, con nuevas entregas discográficas, que cumplió las expectativas generadas con este disco primerizo en solitario. La carátula del disco ofrece una fotografía de Bruce Rae realizada a Rick Wakeman en el museo de Madame Tussaud.Canciones: Catherine of Aragon. Anne of Cleves. Catherine Howard. Jane Seymour. Anne Boleyn. Catherine Parr
Músicos: Rick Wakeman (teclados), Alan White (batería), Barry de Souza (batería), Bill Bruford (batería), Chas Cronk (bajo), Chris Squire (bajo), Dave Cousins (banjo eléctrico), Steve Howe (guitarra), Dave Lambert (guitarra), Dave Winter (bajo), Frank Riccotti (percusión), Les Hurdle (bajo), Mike Egan (guitarra), Ray Cooper (percusión),
Sylvia McNeill (voz), Barry St. John (voz), Judy Powell (voz), Laura Lee (voz) y Liza Strike (voz).
Otras portadas: Piano Vibrations (1971), Journey To The Centre Of The Earth (1974), The Myths & Legnds Of King Arthur & The Knights Of The Round Table (1975), Lisztomania (1975), NO Earthy Connection (1976), White Rock (1976), 1984 (1981), Silent Nights (1985), Country Airs (1986) y Time Machine (1988).











David Gilmour (EMI-Odeón). La presentación discográfica en solitario del guitarrista inglés David Gilmour se producía en el año 1978 cuando el grupo en el que militó en Pink Floyd durante más de una década aún se mantenía como una de las mejores bandas de rock británica de todos los tiempos, principalmente para sus seguidores, o como una representación de los dinosaurios del rock, según la denominación de los más jóvenes que preferían la nueva ola y sus secuelas a la hora de escuchar o tocar música. A pesar de que los tiempos estaban cambiando en el panorama discográfico, Gilmour apostaba en su disco homónimo por un sonido próximo al de Pink Floyd, pero desde un punto de vista menos grandilocuente. Si la primera composición del disco, el instrumental Mihalis, semeja una de las composiciones de la citada formación británica, también es verdad que la guitarra de Gilmour semeja más suelta, más libre del protagonismo de otros instrumentos y efectos. Esto se percibe de forma más rotunda en las mejores canciones del elepé There No Way Out Of Here, So Far Away, Short And Sweet, No Way y I Can’t Breathe Anymore, que constituyen el adelanto de la carrera fructífera del inspirado guitarrista. En el diseño de la portada del disco intervinieron el colectivo Hipnosis y David Gilmour.




