Una opinión: “De paso y La estrella del alba son dos producciones en las que el ímpetu por experimentar se hacen patentes en cada recodo de los mismos, muestran a un Hilario Camacho que busca una sonoridad propia, algo enloquecida, que lo emparienta más, salvando todas las distancias, a los modelos mediterráneos de Pau Riba y Jaume Sisa que a sus compañeros mesetarios: “Me di cuenta que fui a grabar que no había hablado nada, sólo había libertad y dije sí. Los discos se hicieron con cuatro duros y medio, pero la virtud fue que yo iba allí con las canciones que quería y Gonzalo García Pelayo, el productor se enteraba durante la grabación. Este hombre tuvo una idea: propuso a Movieplay hacer un sello, Gong, en el que grabase, no todo Dios, pero sí muchísima gente y a ver qué pasaba, unos siguieron grabando, otros sólo hicieron un disco, él, creo, se lo planteó así, ése fue su acierto: dejar a la gente hacer sus cosas, a ver qué ocurría. Y ahí está De paso. Hablé con una gente, un grupo de jazz vanguardista, comenzamos a trabajar los temas y aquello empezó a florecer. Fue un tiempo muy explosivo para mí y ahí ha quedado”. Juan Puchades. Efe eme. Número 3. Enero de1999.
Otra: “Por fin llega al público algo representativo de la clase de Hilario Camacho, un testimonio válido del actual momento que atraviesa. La atmósfera tan placentera que crea en el primer instrumental, Tiempo al tiempo, no nos abandonará en todo el disco; es más, no irá envolviendo y casi ni escucharemos las letras, letras que en este caso ofrecen un menor interés que en el anterior LP, simplemente porque no es necesario decir demasiado con las palabras cuando se dice todo con la música”. Manuel Domínguez. Ozono. Junio de 1975.
Canciones: Tiempo al tiempo. Volar es para los pájaros. Dolores, Dolores. El agua en sus cabellos. Testimonio. Verónica. Princesa de cera. Pequeña muerte. Cuerpo de ola. El peso del mundo.
Músicos: Hilario Camacho (guitarras acústicas, armónica y voz), Pierre Torlois (guitarras, mandolina y armónica), Jorge Pardo (saxos y flautas), José Antonio Galicia (batería), Javier Estrella (percusión), Quique Santana (bajo), Jesús Pardo (teclados) y Rosa Ávila (voces).
Además: “El caso de Hilario Camacho es un tanto especial en el panorama de la canción de autor en España. Fue uno de los primeros en romper el concepto clásico y tradicional de la canción de autor. Rotundamente influido por el rock y la musicalidad electroacústica americana de la segunda mitad de los años sesenta (Dylan, Cohen, Byrds, Janis Joplin…), supo releer la canción castellana con la mirada puesta en el público joven, aquel que, a principios de los años setenta, era consciente de que la juventud era un valor revolucionario en la España de Franco, y así comenzó a cantar contra la monotonía, los años grises de la dictadura y la necesidad de favorecer el cambio desde dentro, desde las actitudes individuales”. Jordi Turtós-Marga Bonet. Cantautores en España. Celeste. 1978.
Más portadas: A pesar de todo (1973), La estrella del alba (1976), La mirada del espejo (1981), Subir subir (1983), Gran ciudad (1986) y El mercader del tiempo (1990).
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