Rock y balada para jinetes de dos ruedas
Easy rider: la música
La película Easy rider representa un hito dentro de la cinematografía universal al convertir a un film de bajo presupuesto en el referente de obra generacional, entre otros motivos porque diferentes grupos y solistas conformaban con sus canciones el repertorio de una banda sonora que obtuvo un disco de oro en el año 1969.
Roque Soto Soto
Sequeiros (Lugo)
La llegada de un joven camionero al estudio de Sun Records, de Menphis-Tennessee, para grabar un disco con el fin de dedicarlo a su madre, allá por mitad de la década de 1950, representa uno de los puntos de partida de un fenómeno llamado rock and roll, de múltiples derivaciones. Estas llegaron a todos los ámbitos de la cultura de masas, incluido el cine. El joven del comienzo era Elvis Presley, quien durante su largo reinado fue un filón inagotable para las productoras de cine, que, con mayor o menor acierto, dejaron para la posteridad varias películas musicales, algunas de ellas fáciles de olvidar, en las que el denominado rey del rock cantaba todo lo que le echasen.
La llegada de un joven camionero al estudio de Sun Records, de Menphis-Tennessee, para grabar un disco con el fin de dedicarlo a su madre, allá por mitad de la década de 1950, representa uno de los puntos de partida de un fenómeno llamado rock and roll, de múltiples derivaciones. Estas llegaron a todos los ámbitos de la cultura de masas, incluido el cine. El joven del comienzo era Elvis Presley, quien durante su largo reinado fue un filón inagotable para las productoras de cine, que, con mayor o menor acierto, dejaron para la posteridad varias películas musicales, algunas de ellas fáciles de olvidar, en las que el denominado rey del rock cantaba todo lo que le echasen.
La primera, quizá la mejor, se titulaba El rock de la cárcel (1957), de Richard Thorpe, que abría la lista de los 32 filmes con los que Elvis hizo de todo un poco a nivel interpretativo ante las cámaras para deleite de su público. Luego vendrían algunas figuras también agraciadas físicamente pero con menos consistencia musical que quedarían arrambladas por la fuerza de The Beatles, quienes con sus noches de aquel día, socorros y submarinos amarillos, no exentos de cierto experimentalismo propio de la década de 1960 que vio triunfar en todos los sentidos a los cuatro de Liverpool. Pero de vuelta al otro lado del Atlántico, lugar de inicio de lo que aquí se escribe, Bob Dylan tuvo la fortuna de aparecer en el documental Don´t look back, de D.A. Pennebaker, por cierto sobre la gira del año 1965 por el Reino Unido del cantautor de Minnesota, quien se encontraba en pleno proceso del polémico cambio de acompañamiento instrumental.
En 1969 la psicodelia daba sus últimos coletazos -Pennebaker también hizo un excelente documental sobre el Monterey Pop de 1967-, las protestas contra la guerra del Vietnam se estrellaban contra las bayonetas de la Guardia Nacional, la heroína se hacía con el mercado de los paraísos artificiales, las hambrunas seguían en varios continentes, la policía disparaba en España contra los opositores y el hombre pisaba la Luna. Todos esos y más acontecimientos quedaron recogidos en los medios de comunicación de la época.
En el cine, una película de bajo coste dirigida por el actor Dennis Hoper, quien era también uno de los principales protagonistas junto a Peter Fonda y Jack Nicholson, enseguida llamó la atención de público y crítica. El año de su estreno consiguió el espaldarazo con premio incluido del prestigioso Festival de Cannes. La notable aceptación del filme estuvo apoyada por la banda sonora del mismo, editada en vinilo y formato larga duración con carátula en la que se podía ver al capitán América (Fonda), personaje de la película con su cazadora llena de barras y estrellas en la espalda. En la década de los setenta, las bandas sonoras tuvieron un modelo a seguir que se mantiene en la actualidad tanto en el cine como en la televisión.
El disco de la banda sonora de Easy Rider incluye diez canciones aunque quedaban fuera del LP las piezas Flash, Bam, Pow interpretadas por la banda Electric Flag (creada por el guitarrista Mike Bloomfield) y Let's Turkey Trot por la cantante Little Eva. A pesar del atractivo repertorio, casi todo el mundo identifica la película con Born To Be Wild, del grupo Steppenwolf, una banda liderada por John Kay, alemán del Este que junto a su grupo hizo varios discos. Del mismo combo se incluía The Pusher. Nacido para ser salvaje se convirtió sin duda en el himno de una generación identificada con los grandes espacios abiertos que explorar montados en potentes motocicletas. Por otra parte, Born To Be Wild, de estribillo fácil, órgano psicodélico y agudo guitarreo, es un antecedente del heavy metal, según los entendidos en rock.
La banda sonora ofrece otra canción intemporal, de esas piezas que permanecen en el tiempo por el agrado que producen a quienes las escuchan. Se trata de The Weight, compuesta por miembros de The Band, grupo del que se sirvió Bob Dylan para dar el cambio a su carrera de folkie concienciado por la de roquero introspectivo. La canción está interpretada en un sexteto de Los Ángeles llamado Smith. De connotaciones místicas, El peso sirvió a finales de los 90 para adornar musicalmente el anuncio de una bebida refrescante.
La sombra del gurú Dylan era alargada en aquel tiempo de cambio de década. De su autoría son dos canciones para Easy Rider: It's Alright Ma y Ballad Of Easy Rider, pero la ejecución de las mismas correspondieron a Roger MGuinn, dylaniano hasta la médula y líder de The Byrds. Este grupo también elevaba al público sobre sus asientos con Wasn´t Born To Follow, grabación en la que se utilizó el novedoso moog sintetizador tan socorrido en aquellos años de vuelos espaciales, representativa de la etapa pre country rock de los pájaros.
El disco se completa con la surrealista If You Want To Be A Bird, de Holy Modal Rounders, majaretas musicales entre los que se encontraba Sam Shepard, como batería, conocido después como protagonista de exitosas películas estadounidenses y como autor de teatro. The Fraternity Of Man aportaba el sonido campestre del profundo sur con Don't Bogart Me, mientras que los inconfundibles solos de guitarra de Jimi Hendrix, en If Six Was Nine, añadían vigor a las imágenes de Easy Rider.
La parte más alucinada del disco correspondía a Kyrie Eleison Mardi Gras, una canción sacro profana, que los Eletric Prunes, banda de Seattle, cantaban a coro sobre un fondo de música caótica. La banda sonora de la película obtuvo disco de oro en 1969.
Edición de lujo
En el año 2004, la banda original de Easy Rider fue remasterizada y en edición de lujo se le añadió otro disco con piezas representativas de la época 1966-1969, interpretadas por grupos estadounidenses y del Reino Unido.Son las siguientes canciones:
Pushin' Too Hard -
The Seeds (1966)
I Had Too Much To Dream (Last Night) -
The Electric Prunes (1967 )
We Ain't Got) Nothing Yet - Blues Magoos (1966)
San Franciscan Nights - Eric Burdon & The Animals (1967)
White Rabbit - Jefferson Airplane (1967)
Can See for Miles - The Who (1967)
A Whiter Shade of Pale - Procol Harum (1967)
Groovin - The Young Rascals (1967)
High Flyin' Bird - Richie Havens (1967)
The Weight - The Band - Music From Big Pink (1968)
You Ain't Going Nowhere - The Byrds (1968)
Time Has Come Today -The Chambers Brothers (1967)
With a Little Help from My Friends - Joe Cocker (1969)
Summertime Blues - Blue Cheer (1968)
Nights in White Satin - The Moody Blues (1967)
Mendocino - Sir Douglas Quintet (1969)
Get Together - The Youngbloods 1967)
My Uncle -The Flying Burrito Brothers (1969)
Something in the Air - Thunderclap Newman (1969)
Trinos en clave country
Peter Fonda, garbanzo negro de la conocida olla familiar de Hollywood en aquellos flipados años 60, mencionaba las broncas con su padre, el prolífico y oscarizado actor Henry Fonda, por el volumen de la música que escuchaba el hijo descarriado, amigo de hippies, bohemios, moteros y otras especies que pululaban por la soleada California, en la que comenzaría su carrera política el también actor Ronald Reagan.
En la presentación del disco Ballad Easy Rider, de The Byrds, Peter escribía que su padre le ordenaba que bajase el volumen de su tocadiscos en el que pinchaba alguna pieza de la formación liderada por Roger McGuinn.
La balada de Easy Rider, en el caso de los byrds, es una grabación de 11 canciones en las que intervenían McGuinn (guitarra, sintetizador y voz), Gene Parsons (batería y otros instrumentos), Clarence White (guitarra) y John York (bajo). El disco tiene en su repertorio una balada de Easy Rider más densa que la de la película del mismo título y mucho country rock en la línea iniciada en The Sweetheart Of The Rodeo, con el inolvidable Gram Parsons. También hay guiños al folk inglés y composiciones de Dylan y Woody Guthrie, así como un recuerdo a los astronautas Armstrong, Aldrin y Collins, protagonistas indiscutibles del primer aterrizaje tripulado en la Luna.
El disco de The Byrds también tiene edición remasterizada del año 1994, en la que se incluyen siete piezas extra, entre originales y versiones desechadas en su momento. A continuación va mi comentario sobre la referida grabación, hecho con motivo del cuarenta aniversario de la grabación original (2009).
El disco de The Byrds también tiene edición remasterizada del año 1994, en la que se incluyen siete piezas extra, entre originales y versiones desechadas en su momento. A continuación va mi comentario sobre la referida grabación, hecho con motivo del cuarenta aniversario de la grabación original (2009).
Ballad Of Easy Rider (Columbia) 1969
The Byrds
Portada: Lem Parsons
The Byrds se mantenían en la escena musical de finales de la década de 1960 con un planteamiento musical en el que tenían cabida country rock y experimentalismo musical, lo cual que se aprecia en Ballad Of Easy Rider, título del disco de larga duración que coincide con la canción que abre el elepé y también está en la banda sonora del mítico film estilo road-movie. La hermosa balada escrita por Roger McGuinn, a cuyo realce contribuyen los acertados arreglos orquestales y la producción de Terry Melcher.
En el disco, sin embargo, los restantes miembros del grupo aportaban diferentes composiciones que ponían de manifiesto por dónde iban las preferencias del aclamado conjunto californiano. El primero en manifestarse fue el bajista John York, quien orientaba su canción Fido hacia el r&blues, mientras que Gene Parsons y Clarence White componían Oil In My Lamp de clara raigambre country modernizado por el inimitable toque de guitarra eléctrica del segundo. Parsons también incluiría su composición Gunga Din, otra bella canción de sonoridades campestres que a menudo se incluye en los grandes éxitos de The Byrds.
El resto del larga duración se completa con diferentes versiones: Jack Tarr The Sailor, el gospel roquero de mensaje religioso Jesus Is Just Alright, otro éxito del grupo, la canción protesta de Woody Guthrie titulada Deportee (Plane Wreck At Los Gatos), la meláncolica There Mus Be Someone, de The Gosdin Brothers, el hito country Tulsa County y la dylaniana It's All Over Now, Baby Blue. Como dato anecdótico hay que citar la pieza Armostrong, Aldrin And Collins, que tiene en cuenta a nuevos mitos de Estados Unidos relacionados con la hazaña espacial de aquel 1969 de llegada del hombre a la Luna.
Canciones: Ballad of Easy Rider. Fido. Oil in My Lamp. Tulsa County. Jack Tarr The Sailor. Jesus Is Just Alright. It's All Over Now, Baby Blue.There Must Be Someone (I Can Turn To). Gunga Din. Deportee (Plane Wreck at Los Gatos). Armstrong, Aldrin and Collins.
Músicos: Roger McGuinn (guitarra, sintetizador y voz), Clarence White (guitarra y voz), John York (bajo y voz) y Gene Parsons (batería, guitarra, banjo de cinco cuerdas y voz).
Más portadas: The Preflyte Sessions (2001), Set You Free (2004), There Is A Season (2006) y The Byrds Play Dylan. Collection (2008).
Apunte: La reedición en formato cedé de Ballad Of Esay Rider (1997) se completa con las canciones extra y tomas alternativas: Way Beyond the Sun, Mae Jean Goes to Hollywood, Oil in My Lamp, Tulsa County, Fiddler A Dream (experimento con Moog), Ballad of Easy Rider (versión larga), Build It Up (instrumental) y Spot radiofónico. La segunda es una composición de un emergente entonces, en 1969, cantautor llamado Jackson Browne.
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